La importancia de la técnica de Elisa, tiene que ver con la detección de enfermedades hasta la cuantificación mediante ensayos por inmunoabsorción que ligado a enzimas, detecte cambios de color, y permiten la medición del antígeno en la muestra, usando la espectrofotometría.
Fundamentalmente, ésta técnica, permite el estudio de anomalías o infecciones en los pacientes. Actualmente, los laboratorios emplean la técnica de Elisa para diagnosticar enfermedades, como cáncer, hepatitis, VIH o COVID-19.
La Medición de ésos estudios, se lleva a cabo con equipos adecuados, como los lectores de microplacas o espectrofotómetros Elisa.
En consecuencia, el lavador de microplacas de Elisa, va a permitir la exactitud o la corrección que presenta el equipo, en lo que respecta a valores de absorbancia para diferentes longitudes de onda, y evaluar la capacidad del mecanismo monocromador del espectrofotómetro, para dividir una longitud de onda determinada, del resto del espectro de iluminación.
Importancia de un Lavador de Microplacas de Elisa
La importancia del lavador de Elisa, radica en que mediante este equipo, permite eliminar cualquier residuo y responde de forma eficiente, y para obtener resultados de alta precisión, se debe lavar con búfer, entre 1 y 3 litros de solución, de forma horizontal, para poder llegar a la placa, a través del suministro y extracción de cada pozo, con el fin de dispensar la solución del lavado, y en cada pozo se utilizan 300 µl de solución por ciclo. Asimismo, mediante la técnica de inyección, succión y suministro, el líquido alcanzará que los sobrantes de las sustancias logren salir.
Cabe destacar, que es importante mantener el equipo en perfectas condiciones, por lo que se requiere de mantenimientos preventivos, resumidos de la siguiente manera:
- Examinar los sensores ópticos de cada canal, éstos deben estar completamente fuera de cualquier suciedad.
- Corroborar que la calibración sea la adecuada.
- Inspeccionar el avance automático de la placa.
- Medir la estabilidad del equipo, usando filtros de calibración con intervalos de 30 minutos a una misma placa.
- Verificar la alineación de cada pozo.
- Comprobar que el lavador cumpla con el volumen dispensado.
- No exceder la uniformidad del llenado.
- Rectificar que las agujas de suministros y extracción estén totalmente aptas y limpias.
- Usar agua destilada para lavar el equipo, luego de ser usado para remover cualquier sustancia de sal en los conductos de suministros y extracción.
En resumen, las exigencias de la calidad en los laboratorios, requiere de una serie de exigencias tipo logística, para garantizar la implementación adecuada de los equipos a utilizar. Y el uso del lavador de Elisa, es una pieza clave para estandarizar los valores propios en sus funciones.
Estructura del Equipo
El lavador de microplaca de Elisa, posee características propias para su funcionamiento, permitiendo que los controles del mantenimiento sean manejados de forma sencilla y sin problemas.
El equipo, es capaz de lavar placas de 96 posiciones que conformen una matriz de 8 x 12 pocillos. Ofrece facilidades para la codificación de medidas, en dependencia de los requerimientos específicos de cada lavado, y también para el acopio permanente de estos, pueden ser seleccionados por medio del teclado desde un menú visualizado en un mecanismo alfanumérico.
De esta manera, pueden apreciarse las principales partes:
- El transportador, donde se coloca la placa a la que se le realizará el lavado.
- Cabezales de dispensación, son encargados de administrar de manera uniforme, el líquido en los pocillos de la placa de reacción
- Técnica de aspiración, para extraer los residuos.
- Depósito de la Solución que contiene el recurso de lavado.
- Soporte de los frascos.
- Mangueras de silicona, para la interconexión de los diferentes elementos del sistema hidroneumático.
- Panel de control, donde se encuentran el teclado, y los indicadores lumínicos, que facilitan el intercambio de información con el operario.
Lavadora de Microplaca y marca Kalstein
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